Becky Wasserman, quizá una de las importadoras más influyentes de Borgoña y Loira en Estados Unidos, cuenta “que cuando alguien lleva mucho tiempo metido en algo no hay mayor regalo que repentinamente encontrarse, sorprendida como una novata, conmovida, al descubrir algo genuinamente profundo. Y tal descubrimiento fue para nosotros la colina de Brézé”. “Romain Guiberteau” continua, “tiene algunas de las mejores tierras en Brézé, y elabora chenins secos con una agresividad punk pero con una lógica y profundidad propios de Bach”. Domaine Guiberteau fue fundada a principios del siglo XX por Clement Menguin, el bisabuelo del actual Romain Guiberteau. La bodega paso a manos de su hijo Robert, también enólogo y también uno de los fundadores de la cooperativa de Saumur en 1954. Robert fue el responsable de la adquisición de algunas de las mejores parcelas de Brézé. A finales de los 70 cuando se retiró ninguno de sus hijos quiso asumir continuar con el trabajo de su padre.
20 años más tarde Romain Guiberteau decidió que no quería continuar estudiando derecho y que tampoco iba a renovar los contratos de arrendamiento, que entonces vencían, de los viñedos de Guiberteau. Así empezó su camino al mando de la bodega. Poco a poco, de la mano de Nady Foucault de Clos Rougeard, Romain volvió a embotellar los vinos de Domaine Guiberteau
La bodega esta situada a 12 km al sur de Saumur en el pueblo de Saint-Just-sur-Dive. Actualmente cuentan con 8,5 hectáreas de chenin y 6 de cabernet franc distribuidas entre las localidades de Montreuil-Bellay (2,2 hectáreas sobre arcillas profundas), Brézé (7 hectáreas sobre suelos arcillo-calcáreos) y en Bizay (5,3 hectáreas sobre suelos arcillo-calcáreos). Los viñedos oscilan entre los 4 y 80 años. Para los tintos la uva se despalilla totalmente mientras que para los blancos se suele fermentar con raspón. La madera nueva es casi inexistente. Cuenta con certificación orgánica desde 2007. Difícilmente se puede comprender la región de Saumur sin Guiberteau.