Alois Kracher

Kracher es sinónimo de algunos de los mejores vinos dulces del mundo. La bodega esta situada en Burgerland en Austria a orillas del lago Neusiedl al sureste de Viena. Allí, la influencia del lago y el clima pannoniano (precipitaciones bajas, veranos cálidos, inviernos fríos) provocan que la evaporación del lago cree nieblas que ayudan a la aparición del hongo botrytis (bostrytis cinérea). La bodega fue fundada a principios del siglo XX por el abuelo del actual propietario y director Gehrard Kracher. Tradicionalmente siempre había plantado vino en el lado oeste del lago mientras que en el lado este, en la frontera con Hungría, al estar más aislado del resto de Austria, nunca tuvo tradición de vinos. Pero fue el abuelo de Gehrard quien después de la segunda guerra mundial decidió plantar las primeras viñas en el lado este del lago. Pero fue Alois Kracher, padre de Gehrard, quien catapulto los vinos de la región al éxito internacional. Alois, ingeniero químico de profesión, empezó a elaborar vinos con su padre en 1986, un año después de aquella crisis de vinos adulterados que asolo al mercado austriaco. Alois, además de innovar las técnicas tradicionales, fue uno de los embajadores del vino austriaco en el mundo y un viticultor, que a pesar de venir de una pequeña bodega y de una región desconocida, supo abrirse camino entre las grandes dinastías del vino del mundo. Hoy en día Gehrard continua haciendo un impecable trabajo. Actualmente trabaja 35 hectáreas de las cuales  40% están plantadas con welschriesling , 20% con chardonnay y el resto con traminer, pinot blanc y scheurebe.