Lindes de Remelluri: la viticultura en primer plano

Lindes de Remelluri: la viticultura en primer plano

El empeño de Telmo Rodríguez por destacar la relevancia de la viticultura no es nuevo. Los proyectos que este elaborador ha ido desarrollando en diferentes zonas siempre han enfatizado la importancia del viñedo, y esa inquietud se demuestra en la materialización de Lindes de Remelluri, que se basa en la labor clave de los viticultores de Rioja.

Telmo Rodríguez ha mantenido con firmeza su interés por recuperar el protagonismo de los pueblos desde su regreso a Remelluri, hace casi quince años. Su intención es evidenciar las buenas prácticas en la viticultura artesanal, y que el viñedo de procedencia sea el principal objeto de interés, en lugar del proceso de elaboración o el tiempo de crianza de los vinos.

Lindes de Remelluri es un proyecto dinámico al que aún le queda recorrido: ha comenzado con vinos procedentes de seis pueblos y pedanías que rodean la Granja de Nuestra Señora de Remelluri, situados entre la Sierra del Toloño y el río Ebro, con viñedos viejos y con diferentes suelos, orientaciones y altitudes (de 425 a 710 metros) lo que confiere un carácter propio y diferenciado a cada uno de los vinos.

Salinillas de Buradón, Labastida, Rivas de Tereso, San Vicente de la Sonsierra, Peciña y Ábalos son el primer resultado de este propósito, aunque Lindes de Remelluri nace con vocación de fluidez y en un futuro podrían incorporarse nuevos pueblos. La apuesta de Telmo Rodríguez es una de las más sólidas de la que se están produciendo en las últimas décadas en esta zona, donde un grupo de productores lleva tiempo defendiendo un cambio de legislación que les permita destacar en las etiquetas el origen concreto de sus vinos.

A los seis pueblos y pedanías iniciales de Lindes de Remelluri se añade una séptima propuesta, un vino de pago llamado Grandes Lindes ‘Jesusa Areta’, que puede ser la máxima expresión de la importancia que este productor concede a la procedencia de la uva. Los vinos de Lindes de Remelluri se comercializan divididos en dos tipos de botellas -las de tipo borgoña contienen más porcentaje de garnacha y en la tipo burdeos predomina de manera clara la tempranillo, también algo de graciano-, pero todos tienen en común un gran potencial de guarda.

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