Los productores de esta zona de Beaujolais han dado un paso decisivo para la catalogación de siete parcelas como Premier Cru; un proyecto en el que un grupo de viticultores lleva involucrado desde hace más de una década y que ha analizado hasta 48 parcelas con distintos criterios como la valoración de añadas, notas de cata, el uso del nombre de la localidad al declarar una vendimia o su literatura y cartografía histórica.
El proyecto tiene como objetivos catalogar, mejorar y destacar las parcelas de este Cru, aunque como explica en un reciente artículo el escritor Jon Bonne, la identificación y jerarquización de parcelas en Beaujolais no es algo nuevo. En 1893, el político y viticultor Victor Velmorel -uno de los personajes más relevantes en torno a la viticultura de la región- detalló en un libro hasta 500 parcelas por su singularidad y por la calidad de sus vinos. Muchas de aquellas parcelas siguen apareciendo hoy en día en algunas etiquetas; otras, en cambio, han perdido su relevancia. En términos burocráticos, esta jerarquía se perdió hace alrededor de un siglo cuando se crearon las denominaciones actuales.
El 28 de marzo de 2023, un conjunto de 70 viticultores de la denominación votó por una propuesta para clasificar como Premier Crus siete lieu dits. Las parcelas propuestas son Les Moriers, La Madone, La Chapelle des Bois, Grille Midi, Les Garants, La Roilette y Poncié. Es tentador comparar esta situación con los Premier Crus de Pouilly-Fuissé, aunque hay que tener en cuenta que la denominación de Maçon abarca numerosos pueblos, mientras en Fleurie hablamos solo de uno. Bonne en su artículo lo resume así: “esto es más parecido a que Volnay adjudique sus propios Premier Crus sin consultar al resto de la Côte d’Or”. Habrá que esperar a ver cómo reaccionan los viticultores en el resto de los Crus de Beaujolais.
Dos de los elaboradores que trabajan con Alma Vinos únicos producen vinos a partir de tres de las siete parcelas propuestas. Chamonard, una de las bodegas clave de Morgon y pionera de los vinos naturales, posee media hectárea en La Madone. Una de las imágenes más icónicas de Fleurie es la capilla que corona la pequeña colina que lleva ese nombre. El inconformista Chaudunet -tan intransigente con los defectos en sus vinos que otros consideran identidad- consigue de esta parcela, en palabras del crítico William Kelley, un vino “elegante, etéreo y perfumado”.
Jules Desjourneys, la bodega de Fabien Duperray, cuenta con viñedos en Les Moriers y La Chapelle des Bois. Les Moriers se encuentra pegado a Chénas. y la Chapelle des Bois está justo al sur de La Madone. Entre las especificaciones que se exigirán a los viticultores para incluir el nombre de la parcela están la prohibición del uso de herbicidas, una graduación mínima de 11.5º, en lugar de la actual 10.5º, o que los viñedos tengan al menos 5 años para llevar la indicación de Premier Cru.
