Siempre se escucha y se dice que agosto es un mes raro, y sin duda lo es. Dejar atrás el ritmo frenético que acompasamos durante el resto del año provoca que en algunos momentos nos encontremos algo desubicados, pero, también, al volver a la rutina, nos sirve para reencontrarnos con mayor alegría con las tipicidades de la rutina y la vida cotidiana. Lo mismo ha ocurrido con los elaboradores de los tres vinos que os sugerimos en esta edición de las recomendaciones del mes, abandonaron su lugar de origen y después, volvieron para hacer vino respetando las directrices de la denominación y luchando por recuperar y trabajar las variedades autóctonas, siguiendo los métodos de elaboración tradicionales, pero aplicando los conocimientos adquiridos en sus experiencias en el exterior, dando un soplo de aire fresco al panorama vitivinícola en el que se encuentran.
Vinifícate, A Morro
Miguel y José Gómez se enamoraron de la enología durante la universidad y al terminar, decidieron recorrer el mundo trabajando en diferentes vendimias para formarse, antes de volver a la isla de San Fernando para empezar a elaborar sus propios vinos. Hoy en día trabajan 5 hectáreas de viñedo entre Sanlúcar, Chiclana y Jerez de la Frontera. Trabajan el viñedo siguiendo los principios biodinámicos y añaden sulfitos mínimos (si añaden) a los vinos. Trabajan los blancos con palomino y los tintos con tintilla y tempranillo. Su intención es elaborar vinos que respeten su origen y que resulten fluidos y fáciles de beber.
Se elabora a partir de uva palomino del pago del Marquesado en Chiclana de la Frontera. Aquí vendimian uva de diferentes parcelas las cuales tienen diferentes suelos (albarizas y arenas). Hacen una fermentación con las levaduras autóctonas que vienen del campo en un depósito de hormigón y dos de fibra. Después tiene un envejecimiento en los mismos depósitos. El resultado es un vino fresco con una acidez muy cítrica, salino y fácil de beber. En nariz es muy fresco y frutal.
4 Kilos Vinícola, 4 Kilos
Francesc Grimalt fue socio fundador y enólogo de la bodega mallorquina Anima Negra y también uno de los responsables de la recuperación de la callet. Sergi Caballero es músico y cofundador del festival de música Sonar en Barcelona (y el mundo), uno de los festivales de música electrónica y experimental, y arte multimedia más importantes del mundo. En 2006 fundaron la bodega con 4 millones de pesetas y la llamaron 4 Kilos en honor a esa suma. Desde entonces se han convertido en un proyecto clave en recuperar y dar a conocer las variedades autóctonas mallorquinas. Su bodega está situada en Fellanitx en un establo restaurado.
Hoy en día cuentan con 15 ha tanto al sur como al norte de la isla predominantemente plantadas con callet, mantonegro y fogoneu pero también con variedades internacionales como syrah, merlot y cabernet sauvignon que van destinadas a 12 volts.
4 kilos esta elaborado con la variedad autóctona de la isla llamada callet. La uva procede de diversas fincas situadas al sur y norte de Mallorca sobre suelos de Call Vermell, nombre que reciben popularmente en Mallorca los suelos franco-arcillosos con alto contenido férrico que aportan complejidad al vino. Las viñas tienen una edad de entre 20 y 45 años. Tras la vendimia manual, se realiza una selección de la uva. La fermentación de cada parcela se realiza por separado, en depósitos de acero inoxidable y tinas de madera de 2.500 litros, a una temperatura de entre 20 y 30ºC. 4 kilos realizan el envejecimiento en barricas de roble Alier de 600 litros durante 12 meses.
Este 4 Kilos es una fiel representación de la variedad callet, sin artificios, de medio cuerpo y con una buena acidez que lo hace fresco y persistente en boca.
Domaine du Pegau, Châteauneuf-du-Pape Cuvée Réservée
Domaine du Pegau es una bodega muy conocida y respetada en el Ródano Sur, con sede en Châteauneuf-du-Pape. Es conocida por sus vinos de estilo tradicional de esa denominación, basados en la variedad de uva garnacha.
La finca tuvo sus inicios bajo Elvira y Leon Feraud a mediados del siglo XX. Sin embargo, la tierra en la que se asienta la finca ha sido cultivada por sus antepasados con vides, olivos y frutas desde el siglo XVII.
El domaine en su forma moderna fue creado por Paul Feraud, el hijo de Elvira y Leon, en 1987. Anteriormente había producido y vendido una pequeña cantidad de vino cada año a negociants de toda Francia. Su hija Laurence, que había regresado de sus estudios de vinificación y negocios vitivinícolas, lo convenció de crear un dominio familiar independiente. En pocos años fue considerado como uno de los mejores de la denominación.
En cuanto a la elaboración para los tintos la mayoría de la uva fermenta con raspón entero y con levaduras autóctonas. Las crianzas se llevan a cabo en barricas usadas y en fudres de gran capacidad de diversos orígenes. Para tintos siempre predomina la garnacha, aunque también utilizan las otras 13 variedades permitidas.
En el caso del Châteauneuf-du-Pape Cuvée Réservée se utiliza un 80% de garnacha, un 6% de syrah, un 4% de mourvèdre (monastrell) y el resto de otras variedades. Los viñedos tienen alrededor de 60 años y están plantados sobre suelos arcillosos cubiertos de canto rodado. La fermentación se realiza en depósitos de cemento y la crianza en fudres de 50hl durante 18 meses.
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