Puede que el sur de España haya sido mal entendido muchas veces a la hora de elaborar vino. No se han respetado ni las densidades, ni las necesidades de unos suelos y unas climatologías, que como estos tres grandes productores demuestran, tienen gran talento y capacidad para producir grandes vinos.

Juan Antonio Ponce, Pepe Mendoza, Ramiro Ibáñez y Willy Pérez, son 4 de los más importantes elaboradores de vino de nuestro país. Gozan de una extensa trayectoria que han basado en la tradición e innovación hacia nuevas fronteras más sostenibles y singulares, respetando el terroir del que provienen y agrandando la reputación de sus denominaciones. En las recomendaciones del Mes de Abril, hemos apostado por esto, por un atlántico y un mediterráneo con grandes productores y denominaciones únicas.

Clos Lojen, Bodegas y Viñedos Ponce

Bodegas Ponce es el proyecto de Juan Antonio Ponce y su familia. Juan Antonio se graduó en Viticultura en la Escuela de Viticultura y Enología de Requena con tan solo 18 años. Posteriormente pasó una época trabajando en la Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez en varios de sus proyectos, después, durante 2005 y 2006 viajó por Francia donde aprendió sobre los principios de la biodinámica hasta que decidió volver a su tierra para iniciar este proyecto junto a su padre.

Bodega y Viñedos Ponce ha sido un proyecto fundamental para la consolidación y el crecimiento de la denominación de Manchuela. Esta denominación existe desde el año 2000, está situada entre Cuenca y Albacete y los viñedos se encuentran entre 600 y 800 metros sobre el nivel del mar. Allí, los Ponce elaboran vinos a partir de variedades locales bobal, moravia agria y tibilla de viejos.

En especial, Clos Lojen es un vino de comarca producido íntegramente a partir de uva bobal de viñedos de alrededor de 30 años. El resultado es, probablemente, una de las expresiones más finas de bobal que hay en el mundo, debido a los suelos arcillo calcáreos en los que crecen las cepas y al tratamiento poco invasivo que recibe el vino. Fermenta de forma espontanea con raspón entero en tinos de madera y finalmente se cría durante 7 meses en barricas neutras de roble francés de 600L.

Macharnudo, De La Riva

Una de las principales razones por las que De La Riva cautivó a Ramiro Ibáñez y Willy Pérez, fue la rigurosidad y atención al detalle que encontraron en los libros de bodega que Manuel Antonio de La Riva fue rellenando religiosamente a lo largo de los años.

El libro, comenta Pérez, “nos ayudó mucho a la hora entender los distintos pagos, la evolución del palo cortado y la propia terminología almacenista. Fue, en fin, una especie de piedra de Rosetta en ciertos temas”. Por otra parte, Willy y Ramiro tuvieron la oportunidad de probar algunas viejas botellas de Manuel de La Riva, entre ellas, un amontillado viejísimo prefiloxérico que definitivamente les convenció aembarcarse en este proyecto y rescatarlo del olvido.

Una de las claves a la hora de recuperar la identidad de la bodega era tener acceso a la misma fruta que antaño utilizaban para elaborar sus botellas, ya que De La Riva siempre ha estado íntimamente ligada al viñedo. Por tanto, la idea es también encontrar viñedos únicos con una identidad bien marcada por su procedencia y autenticidad.

El proyecto de De La Riva está dividido en dos partes: una de elaboración y otra de recopilación de vino. En cuanto a la elaboración, han empezado con un sistema de soleras que darásus primeras botellas en unos seis años. Para la parte almacenista, se han centrado en una selección de vinos viejos que responden de alguna manera al universo de De La Riva. Son vinos, como describe Willy, “con una trazabilidad muy marcada y todos responden a las características del pago de donde provienen”.

Marcharnudo, nace en la histórica viña de palomino fino conocida como El Notario. El notario, es posiblemente la mejor parte del pago de Macharnudo, por eso recibe este nombre. El viñedo está plantado sobre suelos de albariza con arcilla. En vendimia, los racimos una vez cortados a mano son asoleados durante 6-8 horas para concentrar ligeramente y favorecer el estilo de vinos estructurados jerezanos. La crianza, se realiza durante más de 18 meses bajo velo. Este proyecto, une a dos de las personas que más conocen el mundo del Jerez, ambos tienen sus propios proyectos, y con este quieren profundizar en el estilo de uno de las marcas históricas que más admiran.

El Veneno, Pepe Mendoza

Pepe Mendoza Casa Agrícola, nace en el año 2016 siendo el proyecto más personal de Pepe Mendoza en la D.O. Alicante. Pepe Mendoza, ha sido durante 25 años el enólogo de la bodega familiar Enrique Mendoza en Alicante y uno los responsables del boom internacional del vino español en los años 90. Pepe puso Casa Agrícola en marcha junto a su mujer Pepa Agulló, con la intención de potenciar los atributos naturales de esta denominación de la forma más sostenible y respetuosa, y así se demuestra en su vino tinto El Veneno.

El Veneno, es un vino tinto monovarietal elaborado con Monastrell de una preciosa viña en vaso, en estricto secano, plantada en tierras de arrastre franco arenosas con muchísima piedra, en un entorno de montaña al pie de monte. En este entorno, la viña permite preservar la fruta fresca de la monastrell. La uva se recoge a mano y fermenta en pequeñas tinas de 1000 kg, el vino está elaborado con el 50% de su raspón para que tenga mayor vibración, frescor y verticalidad.

Es un vino de gran equilibrio donde predominan los aromas a lavanda, romero en flor, eucaliptus y balsámicos. En boca es un vino muy agradable con mucho tanino fino y delicado, su paso  de 12 meses por barrica de 500 litros de roble francés acompaña al vino, le da complejidad y para nada es invasivo. El Veneno, forma parte de la colección de vinos más exclusivos, de producciones limitadas y de perfil más natural del proyecto personal del enólogo levantino Pepe Mendoza.