En esta nueva entrega de A Pie de Viña, nos desplazamos hasta la Adega Guímaro, uno de los nombres que ha dado forma a la identidad de Ribeira Sacra. La familia de Pedro Rodríguez lleva trabajando las pendientes que encontramos sobre los bancales del Sil desde hace varias generaciones. Desde 1991 la familia Rodríguez produce su propio vino y a partir del 2001 fue Pedro quién tomó las riendas de la bodega para seguir dándole forma al proyecto.
Guímaro, que en gallego significa rebelde, cuenta con diez hectáreas de viñedo propio en la espectacular y fotogénica zona de Amandi y otras dieciséis hectáreas controladas. Allí, se apuesta por la tradición, y cada parcela se embotella con la proporción de variedades que se encuentran en el viñedo, tal y como fue plantado hace cientos de años. Los blancos, están elaborados a partir de Godello, con alguna pequeña aportación de otras variedades. Cepas Vellas, es una selección de cepas muy viejas de godello dispersas en diferentes viñedos. En los tintos predomina la Mencía, con aportes de otras variedades como brancellao, sousón, negreda, mouratón, garnacha y caiño. Pedro, considera que detrás de esta forma de plantar el viñedo hay una sabiduría ancestral que se refleja en los vinos, aportando complejidad e idiosincrasia, los viñedos “anárquicos” de Pedro, son la mejor forma de desglobalizar la producción del vino, ya que las variedades autóctonas que él va replantando son un símbolo único de Galicia.
En Guímaro, embotellan 8 vinos: un blanco y un tinto de comarca, un vino de pueblo conocido como Camiño Real, un blanco elaborado a partir de las parcelas más viejas de godello, A Ponte, un vino que se elabora únicamente con viñedos jóvenes y tres vinos de parcela de muy viejas viñas (Meixeman, Capeliños y Pombeiras). Las tres parcelas son sin duda de las más espectaculares del mundo, están ubicadas en la zona de Amandi, plantadas en terrazas sobre suelos pobres de granito y pizarra, justo encima del río, que serpentea impredeciblemente.
Finca Meixeman, Finca Capeliños y Finca Pombeiras están entre los vinos más reconocidos, tanto nacional como internacionalmente, y apreciados de España. Son la prueba definitiva de que en la Ribeira Sacra se pueden hacer grandes vinos, con capacidad de guarda, de evolución, con una personalidad única que expresan en cada copa que se sirve de ellos. El resultado de años de trabajo, que refleja, con complejidad y sutileza, lo salvaje que es el lugar del que proceden.
Capeliños, es una pequeña parcela de 0.60 hectáreas con más de 100 años. Es el viñedo más viejo de la familia Rodríguez. Ya lo trabajaban los bisabuelos de Pedro y como él suele contar, su abuela decía que las uvas de aquel viñedo eran especiales. Pombeiras (0.45 ha), se elabora con la totalidad del raspón mientras que Meixeman (1.2ha) y Capeliños se hacen normalmente con la mitad, variando según la añada. Para las fermentaciones de los tintos jóvenes utilizan depósito mientras que para los vinos de pueblo y de parcela utilizan tinos troncocónicos de madera, buscando de esta forma ser lo más fiel posible al carácter del viñedo. Los vinos de Guímaro son genuinos, enérgicos y en cierto modo misteriosos.